Pertenecer a una red de fraude para prevenir el ataque cibernético se ha vuelto en una necesidad para empresas y sus clientes de todo el mundo, y en América Latina es un paso especialmente relevante.
La pandemia no solo ha afectado la economía de la región, como del resto del mundo, sino que también ha generado el incremento sustancial del fraude y las prácticas delictivas en el ecosistema online.
Debido al confinamiento, las limitaciones comerciales y la consolidación de patrones consumos que de por sí ya crecían de manera acelerada, estamos en un mercado cada vez más digital, con el Home Office y la democratización del comercio electrónico como claros ejemplos.
Esto representa mayores intercambios transaccionales y flujos de información confidencial en Internet, y delincuentes y piratas cibernéticos se han aprovechado de esta realidad.
Tan solo en el último trimestre de 2020, en Latam se registraron más de 9 billones de ciberataques. Además, alrededor 130 nuevas modalidades de fraude en línea surgieron en la región durante el año anterior.
México, por ejemplo, ha sido uno de los países más afectados, con un aumentó de 600% en la ocurrencia de estos delitos desde el inicio de la pandemia.
Y, ante esta fotografía nada alentadora del fraude en Latinoamérica, las redes antifraude se presentan como una excelente opción para reforzar los mecanismos de prevención y luchar en conjunto contra las amenazas criminales en la web, que ponen en riesgo la sostenibilidad del amplio universo actual del comercio electrónico, en el cual conviven:
Dicho esto, a continuación te explicaremos a profundidad qué es una red antifraude, cómo funciona y cuáles son sus beneficios.
El funcionamiento de una red antifraude podemos compararlo con el tradicional buro de crédito que recopila y centraliza información de cuenta de varios acreedores, para que bancos e instituciones financieras puedan evaluar el historial, la capacidad de pago y otros factores de interés antes de otorgar un instrumento crediticio a una persona.
Se trata de redes integradas por ecommerces, herramientas de pago y empresas de diferentes países que comparten información sobre eventos de fraude transaccional y ataques recibidos.
De esa manera, al integrarte a una de ellas recibirás alertas de aliados que han experimentado fraude previamente, para que puedas adecuar o mejorar tus mecanismos de prevención.
Al integrarte a la red simplemente tendrás la tarea de compartir información relacionada con el fraude, a partir de experiencias o conclusiones internas, que enriquezcan los mecanismos de prevención de tus aliados.
Al mismo tiempo, esta retroalimentación permitirá que tú también recibas datos y alertas concretas que te permitirán llevar una gestión proactiva de los riesgos transaccionales en Internet.
Las soluciones de red antifraude se ocupan de validar y centralizar la información recibida de parte de los diferentes aliados y, luego, envían reportes semanales integrados y precisos a los ecommerces y empresas que están en el ecosistema.
Cabe destacar que únicamente se puede compartir información bajo la figura internacional de habeas data, que garantiza el derecho a la protección de los datos de las personas.
Por otro lado, tendrás la seguridad de que tu competencia no sabrá que te están haciendo fraude o que experimentas determinadas vulnerabilidades, pues la información compartida y transmitida en la red es 100% confidencial.
Una sólida red, respaldada por una solución veloz, con amplio volumen de datos y presente en variedad de países, se transformará en múltiples beneficios para tus programas de prevención de fraudes financieros y transaccionales, así como en ventajas competitivas y estratégicas para tu negocio en general.
En concreto, estos son algunos de los puntos favorables asociados a pertenecer a una red antifraude:
Gracias a una red antifraude, quedan documentadas a profundidad las prácticas y patrones que se emplean para cometer delitos como el friendly fraud, que representa un gran peligro financiero para las empresas.
Los consumos no autorizados luego de robos de tarjetas de crédito o prácticas poco honestas de los usuarios registrados en las plataformas, como fingir que un producto enviado sufrió algún daño, son metodologías comunes de este fraude “amistoso”, que luego se traduce en pérdidas por contracargo (chargeback).
Tus medidas y programas de rules engine pueden fortalecerse de manera directa a partir de la pertenencia del negocio a una red antifraude.
La información recibida en reportes semanales, que parte de experiencias y casos reales, puede ayudarte a adecuar las reglas de uso de tus plataformas y a bloquear transacciones y prácticas que realmente son riesgosas.
Al hacer más precisas tus reglas comerciales, no limitarás funciones, transacciones y procedimientos que no significan riesgos potenciales y que forman parte esencial de la experiencia del cliente y los índices de satisfacción.
Así, tus herramientas seguirán siendo altamente funcionales y tu negocio simplemente deberá apuntar hacia áreas y procesos que realmente significan una vulnerabilidad, optimizando tiempo y esfuerzos.
Los datos mencionados líneas atrás demuestran que el fraude transaccional y en línea es un problema real de los mercados empresariales actuales, por lo tanto es tarea de todos enfrentarlo.
Además de estas ventajas, te proteges de algunos de los fraudes cibernéticos más comunes como la suplantación de identidad o phishing, llamadas falsas, estafas por internet o datos bancarios falsos.
Si te unes a una red antifraude estarás en la primera línea de batalla, fortaleciendo tu responsabilidad social sin exponer la identidad de tu organización ni sus vulnerabilidades ante competidores.
¡Ya conoces los grandes beneficios de unirte a una red de este tipo! Como ves, con el simple de hecho de unirnos ya estaremos un paso delante de los ciberataques y sus perpetradores.
El compliance y la gestión de riesgos de tu empresa será mucha más sólida y coherente al basarte en experiencias y amenazas documentadas y ocurridas en diferentes partes del mundo.