Las empresas que gestionan onboarding digital, apertura de cuentas, créditos, wallets, fintech o servicios de suscripción saben que verificar la identidad de sus usuarios ya no es opcional: es una necesidad operativa, legal y estratégica. Sin embargo, una de las preguntas más frecuentes sigue siendo el costo.
¿Cuánto cuesta verificar la identidad digitalmente? ¿Vale la pena invertir? Y, sobre todo, ¿cuánto cuesta no hacerlo?
Este análisis no debe centrarse únicamente en el precio por verificación, sino en el impacto real que tiene —o no tiene— la verificación de identidad en la rentabilidad, el crecimiento y la sostenibilidad del negocio.
Cuando los procesos de verificación se realizan de forma manual o con sistemas básicos, los costos invisibles se acumulan rápidamente y suelen ser mucho más altos de lo que parece.
Entre los principales costos ocultos están:
Diversos estudios estiman que las empresas pierden entre el 5 % y el 7 % de sus ingresos anuales debido al fraude, considerando tanto las pérdidas directas como los costos asociados (operativos, legales y reputacionales). En sectores financieros y digitales, el onboarding es una de las etapas más vulnerables, concentrando un alto porcentaje de intentos fraudulentos.
En este contexto, no verificar adecuadamente la identidad no es un ahorro, sino una fuente constante de pérdidas.
Al migrar a una solución automatizada de verificación de identidad como Truora, las empresas dejan de ver este proceso como un gasto y comienzan a tratarlo como una inversión estratégica.
El costo de la verificación digital suele ser un pequeño valor por usuario, pero su impacto es significativo cuando se analiza a escala:
Además, a mayor volumen de validaciones, el costo unitario disminuye, haciendo viable la implementación masiva sin comprometer el presupuesto.
Las empresas que implementan verificación automatizada reportan mejoras claras en la eficiencia del proceso y en la experiencia del usuario, lo que se traduce en más clientes aprobados, menos abandono y mayor confianza en la marca.
La verificación de identidad no solo protege contra el fraude, también mejora el producto:
Cuando se analizan las cifras reales del fraude, la pérdida de conversiones, los costos operativos y el riesgo regulatorio, la pregunta cambia por completo.
La verificación de identidad digital no se trata de cuánto cuesta implementarla, sino de cuánto dinero pierde una empresa cada mes por no hacerlo correctamente.
Las fintech, bancos, SOFOMES y empresas digitales que crecen de forma sostenible lo tienen claro: invertir en verificación de identidad es invertir en seguridad, eficiencia y crecimiento a largo plazo.
Porque al final, el verdadero costo no está en verificar a tus usuarios…
está en permitir que el fraude y la fricción frenen tu negocio.