Lastimosamente, vivimos en una sociedad en la que hay criminales que dedican todos sus esfuerzos e intelecto en planear y ejecutar modalidades de estafa que tienen como objetivo robar los ahorros de clientes y personas honestas.
Identificar los diferentes tipos de fraudes se vuelve cada vez más difícil debido a que los criminales tienen acceso a nuevas tecnologías que les permiten confundir a los usuarios de bancos, operadores móviles, aseguradoras y todo tipo de negocio que implique transacciones de efectivo.
Es por esto que el equipo de Truora, un emprendimiento especializado en prevención de fraude, siempre está pendiente de identificar nuevas formas de estafas tan pronto aparezcan. Esto, con el fin de darlas a conocer y evitar que nuestros usuarios se conviertan en víctimas.
Esta semana identificamos dos nuevas modalidades de estafa que incluyen elaboradas estrategias con las que los criminales se hacen pasar por entidades reconocidas. Te sugerimos compartir con tus conocidos esta información y en conjunto luchar por la prevención de fraudes.
Descubre las dos principales modalidades de estafa a continuación.
La primera la identificamos en Bogotá y Medellín pero es posible que se esté presentando en más ciudades colombianas. Los criminales se hacen pasar por funcionarios de bancos y operadores de telefonía móvil.
Todo comienza con una llamada. Una persona se presenta como representante de un banco, le comunica a la víctima que su tarjeta de crédito debe ser reemplazada por un nuevo plástico.Hasta acá todo parece normal, las personas aceptan el cambio del plástico y a continuación programan la visita de un supuesto representante del banco que se encargará de realizar el proceso.
Llegado el día acordado por el cliente para realizar el cambio del plástico, se presenta una persona con todos los implementos que la identifican como representante del banco: carné, hojas membreteadas y prendas de vestir con logos del banco.
Después de algunas explicaciones de porqué se está haciendo el cambio del plástico y generar cierta cercanía con el cliente, esta persona procede a entregar una nueva tarjeta y ayuda a cortar con tijeras la tarjeta que está siendo reemplazada. Todo esto al frente de la víctima para no levantar sospechas. Cabe resaltar que el supuesto nuevo plástico viene debidamente guardado en las bolsas de seguridad que utilizan los bancos para entregar este tipo de documentos.
El supuesto funcionario luego dice que no hay necesidad de activar la tarjeta debido a que ésta tiene exactamente el mismo número de la que se está reemplazando. Gran indicador de que es una operación fraudulenta.
La estafa finalmente se hace evidente unas horas después cuando la víctima recibe un SMS del banco reportando compras millonarias con la tarjeta de crédito que supuestamente fue destruida.
Importante: lo que hacen los estafadores es que al momento de cortar la tarjeta al frente de su propietario ágilmente se quedan con el chip sin que la persona lo note. Con esto logran acceder a todo el material que necesitan para hacerse pasar por los propietarios de la tarjeta. Lo que hacen es que pegan el chip robado a un plástico nuevo que utilizan para hacer las compras con las que roban a las víctimas.
La segunda nueva modalidad de estafa involucra la suplantación de identidad para acceder a cuentas de telefonía móvil y productos bancarios. Las víctimas de este fraude cuentan que todo comienza con fallas en la señal del celular. Sin que hayan hecho nada extraño sus celulares, pierden la señal de su operador y no pueden hacer ni recibir llamadas ni ningún otro tipo de notificación.
Unos minutos después reciben una notificación del banco confirmando la creación o modificación de la clave dinámica, sin embargo, no todas las víctimas alcanzan a ver este correo a tiempo. Acá es cuando los ladrones aprovechan el acceso a la clave dinámica de la cuenta y transfieren fondos a cuentas a las que tienen acceso. Lo que las personas no saben es que la falta de servicio en su celular y la transferencia de fondos a otras cuentas sin su consentimiento están directamente relacionados.
Los estafadores se hacen pasar por sus víctimas ante los operadores móviles, reportan la SIM como perdida y solicitan la expedición de una nueva. Al parecer, los protocolos de seguridad de algunos operadores móviles son vulnerables a este tipo de suplantaciones y entregan la SIM a alguien que no es su propietario. Una vez los ladrones tienen acceso a la SIM de la víctima, la activan desde un celular, descargan la aplicación móvil del banco, entran a la cuenta, solicitan la activación de la clave dinámica (que requiere verificación con el número de celular asociado a la cuenta) y acceden a los fondos existentes en la cuenta.
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Para evitar este tipo de estafas, los expertos en prevención de fraude de Truora sugieren tomar las siguientes medidas: