Cuando hablamos de “Identidad Digital” en la era de la cuarta revolución Industrial y escuchamos la famosa frase “Data is the new oil”, entendemos que vivimos en un momento en el que los negocios, productos y servicios cada vez irán más inclinados a la digitalización de la información y, por ende, a proteger la integridad de datos, así que las compañías requerirán cada vez más, poner atención sobre la privacidad y el uso de la información de sus usuarios.
La era digital es como un cliente de fast-food insaciable que busca alimentarse de información ya digitalizada para continuar con sus grandes operaciones. Estas grandes operaciones se sustentarán en un par de años en sistemas automatizados e inteligentes que busquen realizar funciones operativas de manera mucho más efectiva y eficiente para las labores humanas, sirviendo a alcanzar el próximo gran paso de la evolución.
Tanto gobiernos como empresas desde hace un par de años han luchado por inclinarse a esta modernización teniendo conflictos de intereses entre instituciones, pero más que nada entre individuos que no buscan o no quieren tener este tipo de cambios en el status quo ya sea por miedo, falta de comprensión, o por prohibiciones o limitaciones legales.
Lo anterior no es crítica ni mucho menos, sino que sirve a modo de reflexión sobre los próximos pasos a considerar por parte de la sociedad. De hecho, la pandemia que atacó desde el punto de vista financiero a muchas empresas de América Latina, incentivó a la transformación digital en diferentes industrias.
De mismo modo, fomenta la innovación y será el parteaguas más importante de los nuevos modelos de negocio que surgirán en los próximos años por aquellas personas que a nivel reflexivo en este aislamiento, o por hambre, estarán en la búsqueda de emprender e innovar para salir adelante.
Este texto no tiene como objetivo hablar particularmente sobre nuevos modelos de negocio o sobre el emprendimiento, sino de entender la relación entre la identidad digital y su importancia en los años a seguir durante la presente década.
Tu identidad se compone de diversos elementos físicos, sociales y legales, entre otros. Esto versa desde tu manera de caminar, hablar, pensar, y actuar, e incluso el tipo de contenido que compartes en redes sociales, etcétera. Es así que cuando hablamos de tu identidad legal nos referimos a tu pasaporte, documento de identificación, acta de nacimiento, número de seguridad social, ciudadanía, entre otros.
Por otro lado, tu identidad digital se refiere a tu actividad en el mundo digital, dígase; redes sociales, correo electrónico, tus cuentas bancarias, tu dirección IP, tu número de celular, etcétera. Es decir toda aquella información intangible asociada a tu existencia en el mundo físico y digital.
Tener incertidumbre sobre la identidad digital, de las personas con las que pretendes establecer algún tipo de relación contractual a distancia, resulta en algo de suma importancia ya que se puede prestar a actos indebidos en perjuicio del objeto del contrato.
Sirve a modo de ejemplo, el daño moral causado por el acceso indebido de tu información privada publicada en medios que afecten tu imagen personal, el uso indebido de filtros o aplicaciones (entre otros) con tus rasgos faciales realizando actos indebidos, o el robo de identidad y consecuentemente la apertura de cuentas falsas señalando a uno como el responsable de dicho fraude, o por no decir más la apertura de cuentas falsas en redes sociales que ostenten afectar tu reputación sin haber consentido con el uso de tu información, así como por una infinidad de demás casos.
Entonces si hablamos de la importancia de la Identidad Digital en la modernidad, ¿qué tiene que ver con el ejemplo del “cliente de fast-food”? La respuesta es muy sencilla, este cliente tiene un “Big Belly” lleno de datos, pero dentro de estos datos se encuentran instituciones e individuos que a su vez se alimentaron con más datos datos, o con los datos de otros. Dentro de dichas instituciones se encuentran aquellas que más presencia y control digital tienen sobre los usuarios, y que las mismas son las que generan el valor de los datos.
Los gobiernos y los paranoicos piensan que esto es una vulneración a su privacidad y que está mal, y la respuesta es opuesta a esto. En un mundo cada vez más digitalizado, las legislaciones deben de optar por proteger la privacidad de la información de las personas, pero también deben de facilitar los mecanismos de operaciones de datos de las personas sin que se vean afectados los derechos de los usuarios. Es decir, el crecimiento económico y social no se debe de ver limitado por factores absurdos asociados a la información personal de las personas, sino que se deben de permitir canales de autorización sobre el uso y manejo de los mismos. Tanto de bases de datos privadas como públicas, garantizando dicha protección.
Las leyes de protección de datos requerirán de una actualización en los próximos años a seguir, y los gobiernos y las empresas deben de adaptarse a este tipo de modificaciones, ya que de lo contrario si tu país no lo hace, a lo mejor y el país vecino si opta por estos cambios y su crecimiento económico podría haber sido tu crecimiento económico.
Es importante conocer como negocio o persona, este tipo de modelos de negocio que permitan garantizar tu protección y sigilo de la información personal, y que sirvan para detectar casos como los mencionados anteriormente en consecuencia a tu persona, imagen y honra. Validación de Identidades, detección de actividades fraudulentas, detección de cuentas falsas a través de mecanismos inteligentes de OCR, entre otros, son el tipo de productos y servicios necesarios hoy por hoy, si como empresa buscas que tus usuarios tengan confianza en tus sistemas y servicios, así como si tú como usuario buscas tener la confianza y tranquilidad de las instituciones sobre el uso y manejo de tu identidad digital.
Estas recomendaciones son relevantes más aún si lo que buscas es la modernización y desarrollo de tus negocios. La identidad digital es una de las oportunidades más interesantes en esta década y que puede ser un gran modelo de negocios novedosos para los usuarios. No debemos de temer a este tipo de cambios sino confiar en las instituciones y apostar por la evolución de los negocios en un mundo digital.