En los últimos tiempos, el e-commerce ha adquirido un gran auge en la sociedad, especialmente, tras el confinamiento preventivo a raíz del COVID-19 que ha obligado a las personas a quedarse en casa y realizar compras a través de sus dispositivos electrónicos. En vista de este panorama, muchas empresas se han visto en la necesidad de actuar para mejorar y cuidar no solo la seguridad de sus usuarios y clientes, sino también proteger su propia reputación mediante la aplicación de estrategias de prevención de fraude aplicables a cada uno de sus canales digitales de venta y atención al público.
Entre los objetivos principales de la mayoría de los negocios está alcanzar la confianza y la credibilidad por parte de sus clientes, pues ambos son elementos indispensables para lograr que estos compren sus productos o servicios y, por supuesto, regresen nuevamente para más compras. En efecto, las compañías que consiguen este éxito tienen a su favor uno de los canales publicitarios más importantes del cual disponer: la recomendación de quienes adquieren lo que venden.
En este sentido, es esencial entregar a los usuarios un proceso agradable y libre de problemas para mantener las operaciones y el crecimiento del negocio en general.
Pensando en ello, hemos elaborado este contenido para explicarte cómo la prevención de fraude puede ser una herramienta útil para proteger la reputación de tu compañía y brindar una experiencia segura a tus clientes.
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La prevención de fraude es la implementación de una estrategia para identificar transacciones fraudulentas o actividades bancarias y evitar que estas acciones causen perjuicios económicos y de reputación tanto al cliente como a la institución financiera (FI).
El objetivo de un servicio de prevención contra el fraude es detectar y evitar actividades que puedan poner en riesgo las finanzas y la reputación de su empresa y sus clientes.
Una estrategia de prevención de fraude consiste en medidas proactivas que evitan o reducen el riesgo de fraude, basándose en la premisa de que es más fácil, conveniente y menos costoso prevenir el fraude que detectarlo, investigarlo y sancionarlo.
Esta estrategia va más allá de los controles internos habituales de las compañías y se enfoca en esquemas o escenarios de fraude posibles y relevantes.
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La prevención de fraude ayuda a evitar que las empresas se vean involucradas en situaciones negativas que afecten inmediatamente su reputación. Lo que crea a su vez, un ambiente de desconfianza hacia la empresa y fuga tanto de proveedores como de inversionistas o hasta de los mismos clientes.
Este aspecto es muy importante para las empresas, pues no solo se trata de evitar pérdidas económicas, sino de que las personas se sientan seguras al tomar la decisión de optar por trabajar con tu negocio.
Si una empresa es víctima de fraude, automáticamente se genera una alerta de desconfianza tanto para los clientes como para los aliados estratégicos con los que cuente la empresa, desacreditando sus acciones haciendo muy difícil recuperar la confianza en una era donde todos los titulares se encuentran grabados en el mundo del internet.
Lógicamente, estar un paso adelante frente a situaciones que puedan resultar desagradables para los usuarios puede hacer la diferencia respecto al futuro de tu compañía.
Por ese motivo, además de crear planes de contingencia para diferentes situaciones que puedan afectar a tus clientes, debes preparar a tu equipo constantemente e involucrar a sus miembros en la prevención de fraude para que puedan brindar la mejor experiencia posible.
Lo primero es crear estrategias de prevención de fraude —adecuadas a la realidad de tu compañía— que sean implementadas correctamente para responder frente a cualquier eventualidad de este tipo y no esperar combatir puntualmente algunas situaciones.
La gestión de fraudes se basa principalmente en identificar los posibles riesgos a los que se encuentra expuesta la empresa y crear estrategias en base a estas premisas de manera que se logre actuar a tiempo.
Entre algunas de las acciones que puedes aplicar, te recomendamos:
La tecnología es una herramienta muy útil para la prevención de fraude, ya que te permite proteger los datos de tu empresa en general, asegurar procesos y establecer canales digitales seguros para realizar compras o pagos.
La información —tanto de la empresa como de los clientes— debe ser resguardada cuidadosamente: de lo contrario, esta podría ser extraída y generar posibles fraudes.
No obstante, la automatización de procesos permite a su vez, mejorar la toma de decisiones y optimizar los procesos pues al tener todos los datos almacenados y actualizados en una plataforma centralizada se pueden obtener informes en cuestión de segundos.
Por otro lado, la tecnología también permite que se detecten en tiempo real anomalías que puedan derivarse en acciones fraudulentas, ya que al momento de realizar una transacción se monitorea automáticamente, bloqueando posibles patrones que den la alerta de un fraude.
Establecer políticas contra la prevención de fraude genera un ambiente de seguridad en la empresa: si el personal está preparado sobre los procedimientos a seguir frente a determinadas situaciones que sean sospechosas o que puedan generar un peligro como: comportamientos inusuales en algunos empleados, documentos perdidos, exceso de compras o pagos, entre otros, entonces estos sabrán cómo actuar, a quién acudir y alertar sobre cualquier escenario que no sea considerado habitual y puedan significar posibles fraudes.
Asimismo, mediante la capacitación estarás mostrando la cultura organizacional de tu empresa, haciendo que tus colaboradores sepan cuáles son algunas de sus responsabilidades y el compromiso que esperas de cada uno de ellos.
Los trabajadores representan a una empresa, razón por la cual es importante que antes de integrar nuevas personas a tu equipo conozcas algunas características que te permitan verificar su identidad: la investigación de antecedentes es fundamental para lograrlo, incluyendo su historial laboral, educativo, penal y referencial.
Sin duda, esto será un avance que te permitirá tener una mayor tranquilidad sobre aquellas personas que serán la imagen de tu negocio, pues conocer sus antecedentes puede ayudarte a evitar posibles situaciones que pongan en riesgo la reputación de tu compañía junto con la seguridad y la confianza de tus clientes.
Además, recuerda que la conducta de cada uno de tus colaboradores puede afectar de manera considerable el prestigio de tu organización en el mercado, por lo cual es otro factor que debes evaluar a la hora de contratar personal.
De igual forma pasa con los proveedores, así que realizar verificaciones de identidad a cada uno de estos antes de iniciar una relación laboral puede ser de gran ayuda al momento de tratar de prevenir fraudes o una mala reputación.
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Una buena estrategia de prevención de fraude podrá evitar grandes pérdidas para la empresa o, incluso, su cierre definitivo, ya que enfrentarse a fraudes de gran magnitud —sin tener los recursos necesarios para combatir sus consecuencias y recuperarse— puede conllevar diversos obstáculos para seguir con el proyecto.
Ahora bien, las consecuencias de los fraudes pueden ser muy variadas y no sólo afectar financieramente a la empresa sino legalmente y en términos de reputación que son las dos más importantes.
Por ejemplo, en Chile, a lo largo del tiempo se han dado a conocer diversos casos de fraudes corporativos y uno de los más importantes ha sido: el caso Codelco. Donde un operador financiero de la empresa realizó un desfalco de casi $200 millones de dólares por inflar comisiones y repartirlas entre algunos clientes. Lo que ocasionó que se generara una gran pérdida para la empresa y no sólo eso, sino que dañó severamente su reputación.
El culpable fue condenado a 3 años de cárcel por evasión tributaria y a 8 años más por falsificación de documentos. Además de esto, tuvo que pagar multas e indemnizaciones por los daños ocasionados de varios millones de dólares.
Esta situación ocasionó que la empresa perdiera por completo su credibilidad tanto por parte de inversionistas como de los mismos trabajadores, afectando el ambiente laboral y el normal funcionamiento de sus operaciones.
Incluso, esto puede ocasionar que los proveedores de la empresa no quieran continuar una relación comercial por no verse involucrados en un escándalo que afecte igualmente su reputación.
Por ello si se aplican buenas estrategias de manera efectiva contra el fraude, podrás corregir cualquier acción con el objetivo de prevenir malas prácticas.
Por otra parte, la alianza con otras empresas, como Fraudata, también puede ayudarte en la prevención de fraude, ya sea para la revisión de antecedentes, la contratación de nuevos colaboradores o la seguridad cibernética para reducir los riesgos de robo de información y datos o hasta pagos fraudulentos, entre otros tipos de fraudes.
¡Hemos llegado al final! Ya sabes por qué es tan importante la prevención de fraude y cómo una buena estrategia en este aspecto puede ayudarte a proteger la reputación de tu compañía, además de brindar una experiencia segura a tus usuarios. De esta manera, obtendrás la confianza y la lealtad de tus clientes, generando credibilidad en tu negocio dentro de un mercado altamente competitivo.