En este artículo encontrarás:
Llevo unos tres días sentada frente al computador intentando convertir ideas en palabras, algo que típicamente no me cuesta mucho trabajo hacer. Disfruto mucho escribir.
Pero este artículo es diferente. Me importa más, significa mucho más. Siento una responsabilidad especial con mi género y conmigo misma. “Quiero tocar corazones”, me repito. Y es cierto, quiero que quienes lean esto, hombres o mujeres, adultos o jóvenes, extraigan una fuerte dosis de la medicina que todo lo cura, el amor y la felicidad. Algo así como un martini de endorfinas. Quiero más unión, más compasión, más empatía.
Normalmente, uso mis palabras como vehículo para contagiar a otros de mis emociones, buenas o malas. Si escribo con rabia, genero odio. Si escribo con tristeza, genero solidaridad. Si escribo con seguridad y conocimiento, construyo confianza. Si escribo con felicidad, provoco (ojalá muchas) sonrisas. Si escribo con amor… es justo eso lo que siembro. Por eso, me tomo tan en serio cada frase que escribo. Sé que las palabras tienen un poder increíblemente transformador.
Para poder escribir sobre lo que significa este histórico día, puse en mi playlist de “GRL PWR” canciones de Demi Lovato, Lady Gaga, Beyoncé. Me vi un par de videos de Brené Brown y Ellen DeGeneres y reviví las campañas #BelieveinMore de Nike y #LikeaGirl de Always. También hice un recorrido en Instagram de los perfiles de mi familia, amigos y un par de influencers que sigo.
Y me di cuenta de algo… estoy rodeada de cambio. Estamos, rodeadas de cambio.
No hay montaña que no se pueda escalar
Decidí que está publicación la dedicaría a celebrar el camino recorrido, no al camino que aún queda por recorrer (tengo claro que aún falta mucho). Porque la verdad es que, entre ver el vaso vacío y verlo lleno, la segunda opción nos hace mujeres más felices (hombres, por favor no se sientan excluidos).
Y es que de eso se trata este día. De ver a nuestro alrededor y ver cómo todo es posible, como paso a paso, ladrillo a ladrillo, estamos construyendo un mundo donde mujeres y hombres no solo coexistimos, sino que nutrimos e impulsamos mutuamente nuestro desarrollo.
Diría que hemos ganado miles de batallas, pero las analogías de guerra implican que hay un lado perdedor y no me gusta. Así que me corrijo. Prefiero decir que estamos ganando espacio en la cima de la montaña junto a ustedes hombres.
Para que me crean, miren un segundo a su alrededor. Y como yo, déjense sorprender.
Un día para celebrar
Mi pequeño ritual de música y redes sociales me sirvió para algo más que inspirarme a escribir esto. Me dio millones de ejemplos de cambios positivos en el círculo de mujeres que me rodean y que sigo.
Hoy los celebro. Celebro a mis amigas CEO y fundadoras (@acprglobal), celebro los movimientos de amor propio (#orgullosamentetallaM), de salud mental (@nutritioniscure), de equidad de género (@aequaleslatam). A las que muestran sus curvas, sus estrías y cicatrices sin ningún pudor, o se ponen pantalones y se cortan el pelo cortitico. A las que adoptan estilos de vida saludables porque les apasiona (@silvyaraujo), juegan fútbol o escogieron profesiones ‘de hombre’. Pero también, a las que voluntariamente dejaron sus carreras por ser mamás, o que decidieron no casarse ni tener hijos.
Veo a mi alrededor y se me hincha el corazón de orgullo. Veo mujeres empoderadas, que celebran su individualismo, que desafían estereotipos y defienden su sexualidad, sus derechos y sus decisiones.
Me conmueve, por ejemplo, ver a niñas como Malala Yousafzai y Greta Thunberg, mostrar tanta convicción a tan corta edad. Por otro lado, el despliegue de confianza y talento de mujeres como Shakira y JLo, a sus 43 y 50 años en el Super Bowl, me llenó de una profunda emoción.
Como ellas, hay millones de mujeres usando su influencia y voz para generar grandes cambios. Taylor Swift, en su documental Miss Americana y su reciente video The Man, rechaza los dobles estándares que existen para hombres y mujeres y también defiende la comunidad LGBT. Jane Fonda, pelea por el cambio climático. Y lo hace a sus 82 años, que no es lo mismo. Mis respetos para ella.
Qué dicha que haya tantas mujeres libres de ESCOGER lo que quieren ser y de pelear por sus ideales. Porque no tenemos que vestirnos de rosado, usar falda y maquillaje para ser mujeres. No tenemos que cruzar las piernas, callar y sonreír. Pero si eso queremos hacer, lo haremos felices.
Aquí hago un paréntesis importante. Mi invitación es a celebrar la valentía y los cambios positivos, no a promover la atención negativa ni las discusiones vacías, como expliqué en el artículo Diversidad en Truora. Tengo muy claro que no todos compartimos los mismos ideales, que no nos gustan las mismas cosas y que podemos no estar de acuerdo con las causas que decidimos defender.
El poder de lo que somos - El ejemplo Truora
Si hay algo en lo que podemos estar de acuerdo, es que las mujeres estamos hechas de un material especial. Ser mujer hoy es sinónimo de coraje, entrega, fuerza, empatía, resiliencia, corazón. Y cuando estamos unidas, somos imparables.
Como dice el dicho, para la muestra un botón, así que aquí va el pequeño ejemplo de Truora.
Justo en la misma fecha que comencé a escribir esto, tuvimos una conversación en nuestro chat “Women @ Truora” que, personalmente, me dejó el corazón lleno. Tanto, que le conté a Daniel, nuestro CEO, y le dije que sentía que teníamos un equipo muy especial.
Cuando alguien preguntó por ideas sobre qué hacer para el Día de la Mujer, fue como si hubiéramos organizado a propósito una delegación de empoderamiento femenino. Hubo miles de ideas en segundos. Hashtags, fotos, links, videos y una lista interminable de palabras alentadoras de lo que significa ser mujer.
Me encanta pensar que por eso el mundo necesita más de nosotras. Porque somos sensibilidad, creatividad, unión... y una gran dosis de conciencia. Es increíble todo lo que podemos alcanzar cuando actuamos juntas. No olvidemos que somos muy, muy poderosas.
Estamos muy bien acompañadas
Hombres, si hasta aquí se sintieron excluidos, déjenme decirles que es muy reconfortante saber que estamos acompañadas y que muchos de ustedes apoyan nuestra causa y defienden nuestro género sin importar el riesgo de abordar temas que son susceptibles de críticas y controversia. Sabemos que parte del camino recorrido es gracias a ustedes.
Por eso, me despido invitándolos a leer este artículo de nuestro CEO en Forbes sobre un tema delicado que merece especial atención. Y sí, adivinaron, es sobre mujeres.
Por último, a las que me están leyendo, les deseo un muy feliz y merecido, Día de la Mujer.
En Truora, estamos construyendo un ambiente diverso y de igualdad de condiciones para hombres y mujeres. Si quieres hacer parte de la empresa con la mejor cultura del mundo (es en serio), te invitamos a trabajar con nosotros o escribirnos a contact@truora.com.